Confucianismo
Confucio. Escuela de los letrados
Meng Zi (Mencio). Escuela Idealista
Xun Zi. Escuela realista
Kong Qiu (Confucio). Escuela de los letrados.
Introducción.
Confucio era conocido como el que se empeña en querer salvar al mundo, aún sabiendo que su esfuerzo es inútil.
Fue el gran filósofo del pensamiento chino antiguo, y prácticamente contemporáneo de Sócrates y Buda, los otros dos principales representantes del pensamiento en sus respectivas zonas.
Confucio (-551 a -479), Kong Qiu o maestro Kong, apareció en un momento crucial y su influencia ha sido permanente en China, hasta nuestros días. Fue el máximo representante de la Escuela de los Letrados.
Desempeñó algunos cargos oficiales, y luego pasó algunos años viajando por varios estados tratando de poner en práctica sus ideas, con escaso éxito. A la vuelta, se retiró a su provincia natal Lu, donde escribió su obra Lunyu, generalmente traducido por Analectas o Conversaciones.
Confucio se interesó principalmente por las cuestiones morales, sociales y políticas de su comunidad. No tiene un método o una doctrina estricta que comunicar, sino más bien, lo importante es la experiencia, el camino, el dao del que está impregnado el pensamiento chino. Aprender para sí mismo, no buscando cuestiones externas como prestigio, no perseguir la obtención de ciertas ventajas. El objetivo es convertirse en un hombre de bien.
Tuvo numerosos discípulos, entre los cuales sobresalen Mencio (Meng Zi) y Xun Zi, que representan las tendencias realista e idealista del confucianismo.
Las fuentes principales sobre Confucio son los escritos del historiador Sima Qian, aproximadamente en el -100 y una colección de citas y fragmentos recopilados por sus discípulos.
Los 6 libros clásicos.
Confucio se consideró como un transmisor, más que como un creador de doctrinas originales, fue un hábil comentador de una serie de libros que ya circulaban en su época. Dentro de un repertorio más amplio, los más importantes son los llamados "seis clásicos" y que son:
Libro de las Mutaciones (Yi jing). Es el libro por excelencia de la cultura china, en un principio era un libro oracular, pero pronto pasó a ser un libro de sabiduría.
Libro de los Ritos (Li ji). Trata de la relación ritual de los hombres y como deben de comportarse.
Libro de las Odas (Shi jing). Libro de poemas, canciones sobre la naturaleza y ceremonias rituales como banquetes o tiro con arco.
Anales de Primaveras y Otoños (Chunqiu). Documentos sobre el gobierno y sucesos en la provincia de Lu.
Libro de la Historia o libro de los Documentos (Shu jing). Es un libro que trata de historia, moral y política.
Libro de la Música (Yue)
Posteriormente se añadieron otros clásicos hasta llegar a trece, entre los que se encuentran las Analectas del propio Confucio y el libro de Mencio.
Pero la obra más propiamente confuciana es el "Lunyu" (traducido como "Analectas"), donde expone sus ideas en forma de aforismos, conversaciones, consejos, etc., recopiladas después por sus discípulos. En esta obra están los temas que ocupaban a Confucio como la mejora de si mismo, el buen gobierno, el sentido moral, los ritos o la rectificación de los nombres.
Benevolencia y rectitud.
A Confucio le interesa el ser humano y está muy lejos de esas figuras religiosas con las que veces se le ha confundido. El confucianismo es un sistema de pensamiento filosófico, moral y político, interesado en lo humano, y alejado de creencias religiosas. El mismo Confucio dice en el Lunyu, que si apenas podemos ocuparnos de los hombres, como vamos a ocuparnos de los dioses.
El principal interés de Confucio es el perfeccionamiento moral de sí mismo, cuya consecuencia es también el cuidado de los demás. Hay una serie de conceptos de difícil traducción que utiliza Confucio con frecuencia para tratar de explicar sus ideas.
Ren, es la idea fundamental del confucianismo, se puede traducir aproximadamente por benevolencia, magnanimidad, sentido de lo humano, humanitarismo. Ninguna de estas traducciones expresa con precisión lo que es el ren, pero al menos dan una ligera idea. El ren es la exigencia personal a la que debe aspirar todo hombre de bien, aún sabiendo que prácticamente no está al alcance de ninguno, salvo para algunos místicos de la antigüedad. Sin embargo es la meta que debe guiar nuestros actos y para Confucio es la virtud más alta.
Del ren se siguen las otras virtudes (de), las más importantes son: Li, acción ritual, espíritu ritual, decoro. Yi, sentido de lo justo, lo adecuado, equidad, rectitud. Yi es hacer lo que se debe, lo correcto, sin ocuparse de las consecuencias, ni pensar en posibles ventajas, cuidando en la acción de si mismo y de los demás.
Como ayuda para conseguir esto, Confucio aconseja el shu, compasión, indulgencia, altruismo y es la exigencia de considerar al prójimo como a uno mismo, no querer para los demás lo que no quieras para ti.
Tratar de conseguir el ren es un trabajo arduo, que requiere ascesis y disciplina, donde solo vale el propio esfuerzo. Para conseguirlo se necesita dominar las pasiones, y respetar los ritos, esto implica esfuerzo y educación.
La Rectificación de los nombres.
Otra de las inquietudes de Confucio fue el asunto de la rectificación de los nombres, que entiende como una adecuación entre el nombre y la realidad que este designa. Conviene que los nombres solo se apliquen a la realidad que corresponde. Esta preocupación parece que se remonta en Confucio a tratar de retomar el tiempo en el que Dao se aplicaba de forma natural, y no eran necesarias tantas explicaciones.
"Si los nombres no son los adecuados no se ajustaran a lo que representan, entonces el pueblo no sabrá como obrar".
El gobierno.
Es fundamental que el soberano gobierne de forma natural mediante el ren, la benevolencia y no por la fuerza.
En las relaciones con los demás cada función implica una responsabilidad. Los gobernantes tienen sus propias responsabilidades acordes con la función que les ha sido asignada. Los gobernantes deben hacer los mayores esfuerzos en obrar bien teniendo como modelo a los antiguos hombres de bien. Según Confucio el buen gobierno depende directamente de la formación moral de los gobernantes. Compara al gobierno con una gran familia.
Y en relación la rectificación de los nombres, cuando le preguntaron por el buen gobierno dijo: "Que el soberano actúe como un soberano, y el ministro como un ministro, que padre actúe como un padre y el hijo como un hijo".
Sucesores.
Tras su muerte sus discípulos se separaron y es Han Fei, dos siglos después quien nos dice que se dividieron en ocho escuelas o corrientes, las de: Zizhang, Zisi, Yan, Meng Zi (Mencio), Qidiao, Zhongliang, Xun Zi y Zichun. Siendo las más conocidas la de Meng Zi y la de Xunzi.
Meng Zi, encabezaba la corriente idealista del confucianismo, consideraba que la naturaleza humana era intrínsecamente buena, consideraba el cielo como algo personal, del cual salían los mandatos, era partidario de la libertad individual y como criterio de moralidad solo admitía el deber.
Xun Zi, al contrario, representaba la corriente realista, consideraba que la naturaleza humana era mala de por sí, rechazaba lo sobrenatural, era partidario del control social y admitía como criterio de moralidad no solo el deber, sino también el provecho.
Meng Zi (Mencio). Corriente idealista.
Para Meng Zi el hombre es bueno por naturaleza. La naturaleza del hombre tiende hacia el bien como el agua tiende hacia abajo.
Meng Zi (-380/-370 a -289) más conocido por su nombre latinizado de Mencio, fue el primer gran discípulo de Confucio, pero no se sabe con exactitud mucho de su biografía.
Viajó durante gran parte de su vida de estado en estado, acompañado de sus discípulos, tratando de poner en práctica sus ideas. Ya mayor se retiró y escribió un libro que lleva su nombre, el Mengzi, dividido en siete capítulos en los que expone su pensamiento, y ha sido uno de los libros fundamentales del confucianismo posterior.
Durante el periodo de los Reinos Combatientes había continuas luchas, fue un periodo de incertidumbre y de inseguridad, en el que la influencia de Confucio se iba perdiendo. Esto unido a la proliferación de escuelas filosóficas, periodo de las cien escuelas de filosofía, obligan a Meng Zi a esforzarse al máximo para defender las ideas de su maestro. Su actitud es más polémica que la de Confucio y se nota en su libro que es más sistemático y homogéneo que los anteriores. Una buena parte del resurgir del confucianismo es mérito de Meng Zi.
El hombre es bueno por naturaleza.
Meng Zi desarrolla un siglo después, las ideas de Confucio y trata de llevarlas a la práctica, incorporando sus propias aportaciones.
Como su maestro, también Meng Zi considera fundamental el ren, la benevolencia o la magnanimidad. Cree que hay cosas innatas en el corazón del hombre, la más importante es la que impulsa al hombre a hacer el bien, desde que nace el hombre tiene de una manera innata la tendencia hacia lo virtuoso.
Lo explica diciendo que de la misma manera que el agua tiende hacia abajo, el hombre tiende hacia el bien. Sin embargo, aunque el hombre es originalmente bueno y tiene el sentido de la virtud, las cosas materiales son causas de los males.
Esta doctrina de que el hombre es bueno por naturaleza, no fue compartida por todos los confucianos y originó serias controversias.
Principios.
En su libro nos habla de los cuatro principios de la virtud, que es preciso desarrollar y que corresponden a las virtudes confucianas: la benevolencia (ren), lo justo (yi), lo ritual (li) y el discernimiento (zhi). El asunto no es la adquisición de las virtudes, que ya se poseen de forma innata, sino su desarrollo de la forma adecuada. Para lo cual hacen falta dos cosas: entender correctamente el Tao, el camino y cumplir con el propio deber personal en todo momento.
Política.
También se ocupo de política, dice que la mejor manera de gobernar es practicar el ren, ocupándose de lo humano, donde la ética es más importante que la política, como ya sucedía con Confucio. El rey que lo tiene todo, debe permanecer en el bien y procurar las mejores condiciones a su pueblo para que este también sea bueno. Solo cuando el rey practica la benevolencia, los súbditos acuden a él y unifica el imperio.
Según Meng Zi el hombre puede alcanzar el ren, pero a diferencia de Confucio que lo puso solo al alcance de algunos sabios de la antigüedad, Meng Zi cree que el hombre normal, con su propio esfuerzo, puede conseguirlo.
Xun Zi. Corriente realista.
Para Xun Zi, la naturaleza del hombre es mala y lo que hay de bueno en ella es artificial.
Xun Zi, (-340/-305 a -249/-221), es considerado como el representante de la corriente realista del confucianismo. Pertenecía a una de las familias importantes del principado Qin, y ocupó altos cargos en el gobierno. Estuvo en la academia Jixia, que aglutinaba el centro de todo el saber y la cultura durante esta época, y era frecuentada por los mejores pensadores.
Representa la otra cara del confucianismo y está es desacuerdo con Mencio en casi todo. En un principio y durante mucho tiempo tuvo bastante más éxito que Mencio y era el máximo representante del confucianismo, pero con el paso del tiempo Mencio ha pasado a ser un clásico del confucianismo y Xun Zi relegado a un segundo plano.
Su obra que se conoce por su nombre, el Xunzi consta de 32 capítulos, que forman cada uno un tratado teórico sobre un tema concreto, entre los que destacan la maldad natural del hombre y la rectificación de los nombres, y tiene un marcado tono polémico. Estudió las diversas escuelas de los Reinos Combatientes y en su libro hace un repaso a los pensadores de su época, que no salen muy bien parados.
Xun Zi privilegia al hombre frente a cualquier otra cosa, el cielo o la tierra, y pone todo el peso en su carácter ético. Concibe al hombre frente al cielo en lugar de depender de él.
La maldad de la naturaleza humana.
Considera que la naturaleza humana es mala, contrariamente a Mencio, y que lo bueno que hay en ella, es un producto artificial de la educación y de la presión social. Lo innato del hombre tiene mucho de negativo y necesita ser transformado en sentido moral y humano.
Aprendizaje y cultura.
El hombre necesita más educación para dominar los malos instintos innatos, por eso insiste en el valor del esfuerzo humano. Todas las cualidades éticas se adquieren a fuerza de aprendizaje, de ahí la importancia fundamental del aprendizaje y de la cultura. Xun Zi concibe la humanidad en la cultura y lo artificial y no en la naturaleza.
Reafirma algunos temas confucianos como el asunto de la rectificación de los nombres, y considera que el elemento principal para el buen funcionamiento de la sociedad es la corrección del lenguaje. También considera el sentido ritualista confuciano como valor fundamental, los ritos son los que organizan y unifican, y constituyen una norma social externa al individuo.