INTRODUCCION

Puesto que la historia no es única
¿A que historia nos referimos?.

En cierta ocasión el Emperador de China, llamó a su médico personal, que pertenecía a una familia de médicos y le pregunto cuál de los hermanos era el mejor en el arte de curar. El médico respondió: mi hermano, el mayor, puede ver el espíritu de la enfermedad y eliminarlo antes de que se manifieste, su reputación solo es conocida en casa. Otro de mis hermanos cura la enfermedad cuando es aún leve, su reputación solo es conocida en la aldea. Sin embargo yo, hago masajes, elaboro pociones y clavo agujas de acupuntura, por lo que mi reputación llega al Emperador. (Historias chinas)

El afán de algunos hombres por curar o aliviar el sufrimiento de otras personas se pierde en el tiempo. Durante mucho tiempo la enfermedad tenía un carácter mágico-religioso y los remedios mantenían este carácter, es lo que se ha dado en llamar periodo pretécnico.
Posteriormente durante el periodo griego, los médicos adquieren una nueva forma de entender la enfermedad y una nueva forma de tratarla, basada en tomarla como una cuestión natural.

El primer gran tratado médico del que se tiene noticia es el papiro Ebers, escrito alrededor del año --1.500. Fue encontrado en Egipto entre las piernas de una momia en una tumba de Assasif y vendido a Edwin Smith por un comerciante egipcio en 1862, posteriormente fue adquirido por el egiptólogo alemán George Moritz Ebers, que le dio su nombre en 1872.

A pesar de su antigüedad, el manuscrito se encuentra en buen estado de conservación y tiene pocos pasajes deteriorados, gracias a la dureza del papel de cáñamo usado en aquella época.
Mide unos 20 m de longitud y 30 cm de ancho y está escrito en 108 columnas de entre 20 y 22 líneas cada una. El tratado está dividido en 877 secciones, en las que se prescriben tratamientos, remedio o recetas para numerosas enfermedades y dolencias.

La medicina egipcia de la antigüedad conocía el  uso de más de 500 sustancias, la mayor parte vegetales tales como cebollas, ajos, azafrán, mirra, cerveza, hojas de ricino, jugo de amapola, higos, semillas de lino, resina, incienso, cáñamo, opio, etc.
En el papiro se explica cómo crear fórmulas magistrales o como tratar enfermedades de la piel, oculares, del aparato digestivo, de las extremidades, incluso dolencias del corazón, así como a invocar a divinidades mágicas.
 
Pero fue durante la época griega cuando aparecen los primeros médicos como tal, la mayor parte itinerantes recorrían los sitios practicando su arte. Sobresale Hipócrates de Cos, conocido como el padre de la medicina. 

El centro de interés pasa por un periodo alejandrino y luego por un periodo romano, donde sobresale Galeno. Posteriormente y fuera ya del periodo que nos ocupa, el interés por la medicina se traslada a los países árabes, que asimilan todo el saber helenístico y traducen los textos del griego al árabe, sobresale Ibn Sina (Avicena), cuyo “Cánon” se utilizó durante siglos. 

En la antigüedad griega el concepto de enfermedad era mágico y misterioso, difícil de separar de las creencias espirituales y de los mitos y por otra parte pertenecía a un conjunto de saberes interrelacionados como la filosofía, física, cosmología etc., que no estaban tan diferenciados como en la actualidad.

Una característica común  en estos pueblos en cuanto a la medicina, es la idea de la enfermedad como fenómeno sobrenatural por acción de demonios o por encantamiento debido a una falta cometida por el enfermo. La enfermedad tiene, por lo tanto, un valor moral. Pero a esto hay que agregar que en esta medicina primitiva el diagnóstico y tratamiento eran, en mayor o menor grado, consecuentes a esa idea de enfermedad como fenómeno sobrenatural. El diagnóstico y el tratamiento también se hacían con elementos mágico-religiosos. De ahí la observación de cristales, el lanzar huesos al aire y los estados de trance del curandero para hacer el diagnóstico y de ahí también las ceremonias, plegarias, fórmulas mágicas, el golpear al paciente y tocarlo con ciertos objetos como medios terapéuticos.

Asclepio.

Según cuenta la mitología griega, Asclepio (el benévolo), Esculapio para los romanos, era el hijo de Apolo y de la mortal Corónide y padre de las diosas Panacea, la que puede curarlo todo e Higea, portadora de la salud. Antes de convertirse en dios fue un héroe en Tesalia y aparece ya en la Iliada de Homero.

En su honor se construyeron numerosos  santuarios (los asclepeion), el  más importante fue el de Epidauro en el Peloponeso griego. Este santuario gozó de un gran renombre y comprendía varios edificios públicos, entre los cuales destaca un gran templo construido en el siglo -IV. Cerca había también otros templos, gimnasios, palestra y un gran teatro. Estos centros atraían a numerosos interesados en aprender el oficio y se convirtieron en autenticas escuelas de medicina.

El santuario de Epidauro llegó a ser uno de los lugares de curación más grandes de la antigüedad. En él se desarrolló una escuela de medicina donde practicaban los asclepíadas o seguidores de Asclepio. Funcionó hasta que en el siglo V, el emperador Teodosio ordenó el cierre de todos estos santuarios.

Según la leyenda , Apolo encomendó la educación de Esculapio al centauro Quirón, sabio y de carácter dulce, conocedor de las características medicinales de las plantas y de quien aprendió a ejercer la Medicina.
Pero Esculapio no se contentó con curar a los vivos, sino que trató de resucitar muertos mediante prácticas mágicas prohibidas, lo que provocó la ira de Zeus que les destruyó con un rayo. En venganza, Apolo mató a los Cíclopes, artífices de los rayos de Zeus.
Al final  Esculapio acabó convertido en la constelación Serpentario,  la serpiente (Ofiuco, el portador de la serpiente). Asclepio se representa con un bastón y una serpiente enrollada.

Como curiosidad, hoy en día hay dos símbolos que representan a la medicina: el bastón de Esculapio y el caduceo de Mercurio. En la antigua Grecia, el caduceo lo llevaban los embajadores y era el símbolo de Hermes (Mercurio) mensajero de los dioses. Se representa mediante dos serpientes enrolladas, mirándose de frente separadas por una vara, y con dos alas en la parte superior.
El bastón de Esculapio, más sencillo,  lleva una serpiente enroscada. Este emblema se usaba ya en tiempos de Homero.

Incubación.

La técnica más utilizada en estos templos era la “incubación”, curación durante el sueño. Cuando llegaba el paciente era recibido con un relato de las principales curaciones que se habían conseguido. Después el enfermo participaba en las ceremonias y rituales que tenían lugar en los que una parte importante eran los baños, los masajes y las dietas (esto mejoraba la higiene), de esta forma el paciente quedaba preparado para pasar una noche o dos habitualmente en el interior del templo dedicado al sueño terapéutico.
En los sueños se le aparecía el medico que le recomendaba el mejor remedio para su mal,  o recibía consejos para seguir cuando se despertara.

La medicina como téchne iatriké.  

Entender la medicina como un saber técnico, como téchne,  es un acontecimiento fundamental en su historia. La téchne  lleva una teoría y una práctica, un saber y un poner en práctica este saber. Según Aristóteles, es hacer algo sabiendo por qué se hace.
En este sentido, la téchne es, al mismo tiempo, un conocimiento y la posibilidad de aplicarlo con algún fin, ya sea la salud o cualquier otra cosa.

El desarrollo de esta primera medicina científica, conocida como medicina hipocrática, duró alrededor de trescientos años a partir del siglo –VI.  Consistió en erradicar de la explicación de la salud y enfermedad, todo elemento mágico o sobrenatural y cambiarla por una teoría  basada en la Physis.

La salud como equilibrio.

Para los griegos antiguos, la salud era equilibrio, la enfermedad era la pérdida del equilibrio. La salud es el orden, el equilibrio dinámico de ciertas fuerzas naturales, la enfermedad es el desequilibrio de las mismas, el médico tenía que ayudar a restablecer el equilibrio vital.

Dentro de la concepción griega, el cuerpo del hombre estaba constituido por cuatro humores (sangre, flema, bilis negra y bilis amarilla), que a su vez representan las cualidades de los elementos de la naturaleza (el aire, la tierra, el agua y el fuego). Las enfermedades resultaban del desequilibrio de estos humores.

La salud era concebida como la mezcla correcta de los humores, como una eyctasía, lo que representaba armonía en la naturaleza del hombre. El estado de salud era justo, fuerte y equilibrado. Mientras que la enfermedad era un cambio en esta naturaleza, que resultaba de una desproporción  de los humores, era una dyscrasía, un desequilibrio general, por el que el hombre enfermaba.

El aspecto social del medico.

La salud era el bien más preciado en esa sociedad griega, sin salud no podía haber belleza, y por lo tanto no podía alcanzarse el ideal de reunir ambas condiciones. Y esto influyó en que el médico tuviera una buena posición social, a pesar de que su trabajo en buena parte era manual y retribuido con dinero, dos cosas que eran menospreciadas. Si bien la medicina era sólo un saber técnico y no ciencia propiamente, no era una técnica cualquiera, pues el médico se ocupaba de devolver ese bien al enfermo, era la más elevada de las artes.